miércoles, 6 de mayo de 2015

Nunca estuve.

Yo no quiero ésto; 
ésta vida, éste cuerpo, que no comprendo.
Y todos piensan que estoy equivocada.
Intente adaptarme, a la fuerza, y si, estuve equivocada; 
tanto que sufrí; y ahora sufro por aquello que nunca tuve.
Toda una vida, eternamente corta, intentando expresarme en lo que consideró mas real; menos violado. 
Imposible. Todo lo han tocado.
Ya nada es puro.

Y me llamaréis romántica en palabras de hombres, por mi anhelo hacia la vida que no encuentro, que no tengo y nunca pude.
Por la incomprensión convertida en desesperación, por la impotencia que siento en ésta, vuestra urbe.

Y miro tus ojos, tu cara.
Eres aquello que amo y por ello no debo tener.
Porque cada vez que pienso en mi marcha te veo caer.
Y no puedo verte caer, ni detener mi marcha; tampoco.

Cada vez lo veo más claro, más cerca.
Mi miedo es mi seguridad, que a su vez me mantiene firme. Cada vez más completa.

No me mires;
no me verás;
nunca me fui;
nunca estuve.

No soy ni mi reflejo reflejo.
Tan solo, lo que queda de él.

martes, 28 de abril de 2015

Eterno.

Empeñada en encontrar una explicación, a los pensamientos,
a las emociones que se crean en mi, cuando te siento.
Aunque no pretendo, es inseguridad la reflejada en tantos miedos, 
que no tienen sentido, pues si me giro te encuentro,
y si te miro lo entiendo;
que a lo viejo hacemos nuevo,
y de esa manera, constante, eterno.

martes, 17 de marzo de 2015

Ese placer.

Dame el placer de creer que soy, 
de creer que muevo y provoco,
Algo, en alguna parte de ti.

Dame el placer de tocar y sentir,
de conocer en el mundo que creas,
y perderme en él, loca ilusión, que ni tu controlas.

Jamás perturbaré tus sueños,
aunque anhelo entenderlos,

Ahora solo dame,
dame ese placer.

viernes, 6 de marzo de 2015

Me quedas bien.

No te conozco demasiado, no se si me gustas o no quererte a mi lado.
Pero generas algo en mi persona, divertida sensación en alguna de mis zonas.
Y te imagino, y recuerdo, pienso en nuestra imagen, 
en la vez que nos vimos, y descubrimos, que me quedas bien.

Puedo sentir el miedo que escondes, intento entenderlo y ayudarte, 
de que el amor hay que disfrutarlo soy consciente,
pero cuando te abrazo soy yo quien lo siente,
y eso me confunde nuevamente.

No pensaba que llegarías ahora, a mover mi protección,
todo lo que había creado y era firme, se desmorona.
Ahora, no dejes que sola ordene esta emoción.

martes, 16 de diciembre de 2014

A mis Hermanos.

Hermanos y Hermanas;
si alguno encuentra la puerta de regreso a casa, a la estabilidad, a la vida, hacédmelo saber.
No se a vosotros, pero a mi cada día me es más difícil encontrarla y se me hace más pesado soportarlo.
¿Estamos atrapados?
En verdad creo que si hemos conseguido entrar, tenemos la posibilidad de volver; pero no vemos; nos alejamos del acceso a medida que nos adaptamos al nuevo medio para poder aguantar la presión día tras día.
Han sido muchos cambios. Todo es nuevo y se hace dificultoso.
Nuevas formas de relación entre seres y especies, nuevos alimentos, nuevas maneras de valorar la existencia.
Demasiada materia sin valor pero cargada de valor.
Aún después de tantos años perdida, cambiante, sigue resultándome complicado entender algunas cosas, y ahora, es cuando mi espíritu parece no poder soportarlo durante mucho tiempo más.
Mi cuerpo si lo soporta, desde luego; aún no está desgastado.
No se de qué manera sentís la parte de mi que hay en vosotros si es que os ha llegado en algún momento.
Las partes de vosotros que recibo creo que no son firmes tampoco, algo las tambalea, pero aguantan fuertes y me dan estabilidad suficiente para poder aguantar un poco más también.
Últimamente me quedo sorprendida.
Me cruzo cada vez de forma más continua con cuerpos que me llaman la atención; y es que su esencia también es diferente, aunque no igual que la nuestra.
A pesar de eso, me gusta, me hace sentir más cerca de casa. No se si también están perdidos o simplemente han sabido adaptarse. Pero nos comprenden. Tenemos muchas cosas en común; muchas diferentes; pero muchas en común.
También sobreviven.
Echo de menos la vida.
Aquí no hay tiempo para eso, aunque existe el tiempo en medida.
Emplean mucha de esta medida en producir, y la mínima parte en vivir. A lo mejor son más avanzados biológicamente y por ello son capaces de mantener ese ritmo.
De manera personal he intentado ponerme a su nivel, pero no lo he aguantado más de 60 soles sin caer agotada durante al menos uno.
Está siendo duro.
Seguiré informando a cerca de mis apreciaciones próximamente.
Espero recibir una respuesta; si es que acaso tenéis alguna que pueda ayudarme a comprender;
o a volver.
Una Hermana.

1.12.13

lunes, 24 de noviembre de 2014

Tu.

Me gustas por quererme sincera.
Porque no me permites mentir, y veo de tu mano a los demás tal y cómo son en realidad.
Porque descubres nuestras debilidades, que a la vez son nuestras fortalezas, las que nos permiten seguir, superarnos.
Por llevarme a mi interior y al del resto de personas que en ti se encuentran; y así unirnos en la búsqueda del hogar que significas.
Me gustas.
Tu.
Montaña.

jueves, 9 de octubre de 2014

Soy todo lo que veo.

Constantemente recibiendo información,
muchas veces incomprensible, y molesta.

Analizamos cada uno de los estímulos que recibimos,
le damos un sentido,
un color,
un sonido,
una emoción...

Somos el reflejo de cada uno de los resultados.

Cada pensamiento,
cada preocupación,
cada alegría,
cada valor...

Cada juicio hacia lo ajeno es un juicio hacia nosotros mismos.
Enviamos continuamente el mensaje de lo que sentimos en nuestro interior, y regresa a nosotros, íntegro. Como un espejo.

Buscamos culpables de nuestros sentimientos negativos,
cuando en cambio nos hacemos los responsables de haber causado momentos de positiva estabilidad.

Porque nunca somos culpables de nuestro mal.
No nos hacemos daño a nosotros mismos; ¿cómo se nos ocurriría hacer algo así?

¿Cómo tener inseguridad? Son los demás quienes nos juzgan continuamente.
¿Cómo sentirnos solos? Son los demás los que nunca llaman.
¿Cómo infravalorarme? Es a todos los demás a quienes admiran.

Y entonces, cuando cae toda la negatividad sobre ti te lo preguntas, y te das cuenta, de que eres la primera persona en juzgarte, en no darte compañía, y en no admirarte por cada día de tu vida.

Y una vez más ¿Cómo se nos ocurriría hacer algo así?

No nos damos cuenta.
Nos esforzamos por estar y sentirnos bien;
y es el mismo esfuerzo el que provoca que estemos mal.
Buscando nuestra perfección, juzgamos la imperfección de otros, que en realidad no es suya, si no, enteramente nuestra; nuestro reflejo.

Somos todo lo que vemos.